La invasión de Putin a Ucrania y el riesgo para Venezuela

José Guerra. Economista  UCV. Master en Economía Universidad de Illinois. Profesor Asociado Economí a UCV

Nunca imaginó aquel  hombre a quien la suerte le permitió ser presidente de Rusia al desmoronarse la Unión Soviética en 1991, las consecuencias que su decisión traería treinta años después. En efecto, un Boris Yeltsin medio alcoholizado escogió al antiguo funcionario de la KGB (la temible policía política rusa) como su sucesor. Vladimir Putin había sido un agente del espionaje ruso destacado en Alemania Oriental a quien la caída del Muro de Berlín lo sorprendió en Dresden. Apoyado en los elevados ingresos petroleros, Putin se propuso restablecer la supremacía de Rusia. Hay que recordar que la economía de Rusia tiene solamente dos industria claves, la petrolera y la armamentista.

Putin ha gobernado por casi veinte años en Rusia habiendo conformado un régimen autoritario en una nación que nunca ha conocido la democracia ya que saltó del feudalismo y la autocracia zarista en 1917 al comunismo y la consecuente implantación del terror rojo por parte de Lenin y Stalin.  En particular, Stalin anexó por la fuerza a Ucrania y Bielorusia en 1922 a la Unión Soviética y posteriormente a Lituania, Estonia y Letonia en 1939 y ocupó militarmente toda Europa Oriental durante la Segunda Guerra Mundial y dividió Alemania con la creación de la República Democrática de Alemania, colocando un gobierno títere. En 1956 se produce la invasión a Hungría y a Checoslovaquía en 1968 (la llamada primavera de Praga), donde los tanques de Rusia aplastaron a sangre y fuego los movimientos libertarios en dichas naciones. De allí la ruso fobia en la gran mayoría de esos países. Sin embargo con la invasión a Afganistán en 1979 la derrota fue humillante para los rusos.

El imperialismo ruso se propuso con Putin expandirse ocupando regiones como fueron los casos de Abjasia, una república independiente perteneciente a Georgia en 2008, a lo que siguió Osetia del Sur también en Georgia, Transnitria en Moldavia y luego Crimea en 2014. Crimea había sido cedida a Ucrania por parte de Nikita Kruschev en 1954. Tomen en encueta que aunque Kruschev era ruso, su madre era de Ucrania y se dice que sentía algo especial por esa república.

Ahora con una versión torcida de la historia, Putin ha proclamado que Ucrania no es nación y que no tiene derecho a existir a pesar que fue reconocida como tal por Rusia cuando se desintegró la Unión Soviética. Con la invasión a Ucrania, Putin ha puesto a la humanidad en la verja de un conflicto que puede escalar toda vez que ha retado prácticamente a todo el mundo. De esta manera, Putin ha logrado articular una alianza mundial contra él que va desde el Presidente Erdogán de Turquía, hasta Joe Biden, pasando por toda la Unión Europea, Australia, Japón, Corea del Sur, la gran mayoría de los países africanos, México, Brasil, y una parte del Partido Comunista de Rusia, entre tantos otros.

El aislamiento internacional de Rusia ha venido aumentando. La decisión de la Asamblea General de las  Naciones Unidas del 2 de marzo de 2022 con una amplísima mayoría de países (141), condenó la invasión a Ucrania y solamente cinco países que la apoyaron. Igualmente, la Corte Penal Internacional ya recibió la petición de treinta y ocho países (38) para que Vladimir Putin sea juzgado por crímenes de guerra. Y es que las atrocidades que están cometiendo las tropas rusas hacen causa para ese juicio al bombardear a mansalva a la población civil. El esquema de sanciones progresivas ha golpeado a la economía de Rusia al punto que bancos de inversión estiman una caída del PIB para 2022 de 7% o más. Adicionalmente, la exclusión de los bancos rusos del sistema SWIFT y la congelación de los activos del Banco Central ha causado un daño significativo, evidenciado en el hecho de un desplome del rublo de más de 40% respecto al dólar desde que comenzó la guerra.

En ese contexto, para Venezuela la situación luce complicada porque aunque se beneficia del alza de los precios del petróleo, buena parte de sus cuentas en divisas están  colocadas en banco de Rusia que ahora no se pueden usar para transferencias internacionales y hacer pagos y por otra parte cuelga sobre Venezuela el peso muerto de Putin y sus actos de barbarie y el hecho de haber invadido a una nación soberana. La pregunta que queda es ¿Acompañará Maduro a Putin hasta la puerta del cementerio o se enterrará con él?

En su estado de éxtasis Putin ha dicho que ha puesto sus armas nucleares en alerta máxima. Este acto de irresponsabilidad lo observa el mundo y quienes abiertamente apoyan a Putin podrían ser corresponsables del hecho de si en medio del desespero Rusia echa mano al uso de misiles atómicos, lo que podría desatar una Tercera Guerra Mundial.